Hoy en en su día mi mamá quiso un tattoo. Me sorprendió mucho, sobre todo por que nunca le habían gustado, cuando inicie en esto, alguna vez le pregunte, «¿Alguna vez te tatuaras conmigo?» se negó rotundamente, un tanto por los estigmas sociales que le tocaron vivir, un tanto por miedo, un tanto por que no conocía nada de este mundo de tinta y sangre.
Fue un regalo para ambos, a mi me hizo mucha ilusión poder compartir con ella algo de lo que me apasiona, sentir una vez mas su apoyo y confianza en mi y en lo que hago, ver como en este poco tiempo, 4 años desde que inicie, pudo poco a poco ver el otro lado de esto, independiente a la experiencia y crecimiento que por sus propias vivencias ha tenido. La experiencia para mi fue desde antes, desde que note como emocionada se puso a investigar significados, estilos, diseños diferentes de la idea que ya tenia en mente. Cuando antes de empezar me leyó un escrito de lo que significaba para ella tatuarse ahora a sus 60 años, sentirme parte importante de ese proceso, además de que ya tiene pensado el segundo, que en cuanto este sane, plasmaremos en el otro brazo.
Ni gestos hizo, no le dolió nada, siempre ha sido muy fuerte y con una gran resistencia al dolor, no solo físico. Nos la pasamos bien, explicándole el proceso paso a paso, las diferencias de las tintas, de las agujas, los materiales y los cuidados. Tengo muchas cosas que agradecer en mi vida, mi familia, mis amigos, mi hermosa novia, pero sin duda gracias infinitas a esta mujer, la más bella y fuerte del universo. Te amo y amare por siempre madre, feliz cumpleaños 60.